Producción #V908 - Episodio
08 |
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GUÓN DIRECCIÓN PRODUCCIÓN |
SCREENGRABS GRÁFICOS TÍTULO
EPISODIO GRÁFICO |
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TRADUCCIÓN |
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INTRODUCCIÓN ABRE DE NEGRO: EXT.
BOSQUE - AL ATARDECER Un
joven cabalga lentamente a través de la espesura alzando el cuello y
entornando los ojos intentando encontrar el rastro de su objetivo
antes de que la oscuridad le obligue a retrasar su entrega hasta la mañana.
Eso le crearía problemas con su jefe y precisamente eso es lo que no le
gustaría. Es su tercer trabajo en muchas lunas y, si no lo puede conservar,
seguro que su nueva esposa volverá con sus padres. Va
vestido todo de marrón: camisa marrón, unos raros pantalones marrones hasta
la rodilla, calcetines marrones que asoman de sus cortas botas marrones y una
capa marrón sobre su cabeza. Su caballo tiene casi la misma tonalidad de
color, igualmente que la voluminosa alforja que porta, excepto por una
insignia dorada con las letras "USS". Cuando
el estrecho camino que recorre se ensancha de repente en un pequeño claro,
hace parar a su cansado caballo y saca una pequeña placa de madera del
bolsillo de su camisa. HOMBRE
(bajito) Buen sitio para acampar. Comprobémoslo. (pausa) Dos personas, creo. Al menos hay dos esterillas para dormir. (pausa) Un caballo amarillo. Perfecto. Asintiendo
con satisfacción, baja del caballo y saca un pergamino de la alforja. El
campamento está vacío, pero el aspecto de la carne asándose lentamente en las
alegres llamas del fuego, indica que sus ocupantes están cerca. Más
cerca de lo que pensaba, ya que es sorprendido por la súbita aparición de una
alta y hermosa mujer, medio vestida , que sostiene un disco afilado como una
hoja de afeitar contra su garganta. Traga con fuerza y la hoja le
realiza un afeitado que no había solicitado. La mujer se le queda
mirando con los ojos entornados, azules como el acero. Traga de nuevo. Con
fuerza. HOMBRE
(continúa) Mmm... ¿Entrega? La mujer sigue mirándole
fijamente como si hablase en una lengua distinta del griego. Con extrema lentitud, el
hombre levanta el pergamino y mira detenidamente el nombre escrito en la
etiqueta. HOMBRE
(continúa) Para la señorita... Mmm... Bardo. Guerrera. Se detiene. HOMBRE
(continúa) ¿Eres tú? Durante
un segundo, sólo un segundo, imagina ver un destello de burla en esos
llamativos ojos, pero lo cree fruto de su aterrorizada e hiperactiva
imaginación cuando la mirada fija vuelve a su anterior impenetrabilidad. HOMBRE
Si no lo eres... ¿po...podrías decirme dónde encontrarla? Esta
vez está seguro de que puede sentirlo... Una leve disminución de la intensa
presión sobre su garganta. Poco después, una joven rubia aparece, vestida tan
sólo con una pequeña toalla que apenas la cubre. Al verla su
temperatura sube como para competir con el fuego. Su
captora percibe esa reacción. Torna los labios en lo que podría aventurar a
llamar sonrisa. Si estuviera borracho. Y senil. XENA
(canturreando) Oh, Gabrielle. Aquí hay alguien que quiere verte. Gabrielle ve a Xena y a su
invitado, y les ofrece una alegre sonrisa. Se acerca, obviando, al parecer,
el efecto que causa sobre el joven. GABRIELLE
Hola. ¿Puedo ayudarte? HOMBRE
(con voz chillona) ¿Eres...? Se aclara la garganta y lo
intenta de nuevo. HOMBRE
(continúa) ¿Eres e...? Mira la etiqueta de nuevo. HOMBRE
(continúa) ¿la bardo, guerrera? Gabrielle mira fijamente a
Xena e intercambian una mirada divertida. GABRIELLE
(al hombre) Algunos me llaman así. XENA
¡Eh! Gabrielle sonríe con
satisfacción. GABRIELLE
Soy Gabrielle. ¿Puedo ayudarte? El joven parpadea
atemorizado por su presencia. HOMBRE
Ee... ¡sí! Traigo este pergamino para ti. Envío especial. Sus manos se rozan al
entregárselo y el mensajero cree que se va a desmayar, pero se lo piensa
mejor cuando ella le regala otra hermosa sonrisa, esta vez de agradecimiento. Oye
algo sospechoso parecido a un gruñido a su derecha y, asustado, mira en esa
dirección. Sólo para encontrarse con los ojos de Xena que amenazan con
incinerarlo en el acto. HOMBRE
¡Oh!... Mm... Si simplemente pudiera firmarme esto, señora, para probar que lo ha recibido, yo...ya sabe... seguiría inmediatamente mi camino. Gabrielle agarra la
tablilla que le ofrece y la pluma; escribe su nombre con una rúbrica y se los
devuelve. GABRIELLE
Gracias de nuevo y ten cuidado si en el camino a casa se te hace de noche, ¿vale? Gabrielle se vuelve. GABRIELLE
(continúa) Da a este hombre una propina, ¿quieres, Xena? El joven mira a Xena
expectante. XENA
(gruñendo) No he traído ningún dinar. La mirada que recibe lo
manda de vuelta a su caballo y se aleja cabalgando en una nube de polvo,
demasiado rápido y asustado como para oír las carcajadas a su espalda. FUNDIDO A
NEGRO. |
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FIN
DE LA INTRODUCCIÓN |