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TERCER ACTO ABRE EN NEGRO: EXT. DESIERTO - EN LAS
AFUERAS DE Una
multitud está reunida, y los ciudadanos pudientes de Hajar
están asentados bajo tiendas de campaña al aire libre. Cuarenta caballos
y jinetes deambulan alrededor de la
bandera que marca la línea de salida. Algunos jinetes están ocupados
haciendo las comprobaciones de última hora de hebillas y fardos, mientras
otros se pasean con los corceles más nerviosos. Todos los jinetes van
vestidos con finas ropas, y las sillas y bridas de sus caballos están demasiado adornadas con cintas de colores
brillantes y baratijas de plata. Xena
y Argo están parados prudentemente a la sombra de un gran árbol, mirando
tranquilamente los tejemanejes. Xena va vestida con los mismos atavíos
prácticos para el desierto y Argo no lleva ornamentación extra en su
montura. Xena evalúa la competición. Ella es la
única jinete mujer y Argo es más grande que los pequeños pura raza
árabes. XENA Ellos piensan que no puedes ganar, muchacha.
Piensan que tu sangre no es lo suficientemente buena y dicen que eres demasiado pesada para correr tan
rápido a
través de la arena como sus caballos árabes. Rasca a Argo entre las
orejas, susurrando conspiradoramente. XENA (continúa) Sé que tienes largas patas y vas a
dejarlos a todos tirados en el polvo. Argo relincha y parece que
asiente conforme. A través del camino, Galeel la mira, sus ojos entrecerrados de ira. El va
hacia delante y atrás y finalmente se detiene y mira alrededor. GALEEL (gritando) ¡Fajer! Uno
de los jinetes alza la vista y Galeel le hace un
gesto para que se acerque. Xena advierte esto y a escondidas los mira
como comienzan a hablar. FAJER ¿Sí? GALEEL ¿Has visto a esa mujer? FAJER (mirando lascivamente) Es difícil no mirar cualquier otra cosa, ¿por qué? GALEEL Si ella tan siquiera se acerca para ganar, mátala...
y a su caballo también. Fajer lo mira sorprendido. FAJER Semejantes bellezas. Ambos la mujer
y el caballo. Podría ser un desperdicio. GALEEL (gruñendo) Te contraté para mantener vigilados a ciertos
jinetes en esta carrera. Ella es
uno de ellos. Ahora ve haz amistad con
ella y mantente cerca. Fajer sonríe abiertamente ante la perspectiva. FAJER Tsk tsk .
Semejante misión terrible que me
das. ¿Tener amistad, eh? Pienso que puedo
manejar eso. Sin problemas. Ella no va a
ganar en ese caballo grande. GALEEL Procura que no lo haga. Fajer echa a trotar en su caballo y se acerca
furtivamente a Xena, quien le lanza una enorme falsa sonrisa. FAJER Buen día, señorita. Xena mira al sol ardiente
y luego a él. XENA ¿bueno para qué? FAJER (riendo nerviosamente) Es un buen día para correr. Tengo un consejo para tí. XENA ¿Sí? ¿Y cuál es? FAJER Cuando comience la carrera, todos empezaran a correr tan rápidos como puedan hasta que estemos fuera
del alcance de vista de la multitud. Después de eso, todos comenzaran a retrasarse para llevar un paso más
soportable. Es todo por el espectáculo, el principio. XENA Lo recordaré. ¿Algo más? FAJER ¿Te hablaron sobre los
dos controles? XENA Sí. FAJER Galeel
envió jinetes hace una semana desde aquí y su hermano, Majeed,
también envió
jinetes desde Gaza al otro final. Cada grupo tiene una caravana de provisiones y se establecen en un control donde tienen la
seguridad de conseguir comida fresca y agua, si sus
provisiones comienzan a
escasear. Lo mejor es hacer a tiempo tu carrera para
alcanzar esos controles sobre el segundo y el cuarto día. XENA Suena bastante lógico. ¿Algo más? FAJER No pierdas de vista tu mapa y
vigila tu espalda de noche. Los
ojos de Xena brillan peligrosos y se recuesta lo justo para que su chakram
esté visible desde debajo de su largo abrigo. Su espada está aún claramente
visible en una vaina atada con correa en la silla de Argo, con su fusta
enrollada. XENA Siempre. FAJER Una cosa más. El conduce a su caballo
más cerca. FAJER (continúa) La mitad de estos jinetes no acabarán la carrera. Varios no vivirán después de esto. ¿Por qué una bella mujer como tú
quiere tomar parte en tal desafío? XENA Porque puedo. Ella aparta la mirada de
él indiferente, precisamente mientras Galeel camina
hacia un elevado podium en la línea de salida. GALEEL (dando gritos) ¡Todos los jinetes, en la línea de
salida, por favor! Un zumbido excitado viaja
a través de la multitud, mientras los caballos y jinetes van dirigiéndose a
la línea de salida. Xena y Argo andan sin prisas, tomando un sitio cerca del
final de la formación. Galeel alza ambas manos,
calmando a la multitud. En una mano sostiene una brillante bufanda púrpura de
seda. GALEEL (continúa) ¡Jinetes! Voy a elevar esta bufanda sobre
mi cabeza y la dejaré caer. Cuando la veáis tocar el suelo, esa es la señal para partir.
Os deseo a todos suerte. Mi hermano estará allí para recibiros por
el mar de Gaza en el final. Él levanta la bufanda y la
multitud tiene un silencio de muerte. Unos caballos resoplan y relinchan,
mientras otros patean con sus cascos y mueven sus colas nerviosamente. Argo
saca una cabeza a la mayor parte de ellos, con calma masticando un poco de
higo que Xena le ha dado. Galeel soltó su banda dejándola flotar hacia el piso, casi en
cámara lenta, cae sobre un
montículo en la base del podio, los
caballos salen en estampida, dejando
atrás de ellos una nube de polvo, sus pezuñas resonando ruidosamente sobre el paisaje. A
la par que el polvo se asienta, todos los caballos se ven ya bastante lejos exceptuando a Argo que galopa
pausadamente tras ellos. Xena los mira. Como Fajer
predijo, una vez que la muchedumbre se perdió en el horizonte, los caballos empezaron aflojar el paso,
muchos hasta simplemente caminar. Sonríe y se inclina. XENA Simplemente avanza a un paso cómodo, chica. Tenemos 16 horas de luz para cubrirlo. continúa a medio galope, y gradualmente pasan algunos de los
jinetes. Mira a Fajer
casi al frente de la manada y sonríe al alcanzarlo. Finalmente dándole un pequeño adiós
con los dedos al pasarlo. Después de pocos minutos, Argo y Xena están
al frente, aun manteniendo el mismo paso con el que empezaron hasta
desaparecer tras una loma. Otro jinete se mueve junto
a Fajer. JINETE Que paso tan alocado esta
manteniendo. FAJER Ah, Wahed. No te preocupes. A ese paso, su caballo estará muerto
antes de que termine el día. WAHED (desdeñosamente) Bien. Ninguna mujer jamás había entrado a
esta carrera. Es un insulto. FAJER Galeel
no la hubiera dejado entrar Si hubiera alguna probabilidad de que ganara. Cálmate amigo.
Estará fuera de la
carrera antes del anochecer. CORTE A: EXT. DESIERTO
CAMPAMENTO – PUESTA DEL SOL – 36 VERANOS ATRAS Varios
de los caballos al frente se aproximan al campamento instalado bajo una cordillera de lomas bajas. Es obvio que ya ha sido elegida por viajeros
en varias zonas para poner sus lechos y tiendas, hay un gran pozo de piedra
al centro. Fajer
y Wahed se encuentran entre el primer grupo que
alcanza el campamento. Con los caballos fatigados y echando espuma por la
boca, sus abrigos cubiertos en sudor.
Al entrar al campamento, a lo lejos observan una fogata y una pequeña
tienda cerca de ella. Fajar huele el
aire. FAJER Quien sea que es, tiene algo
delicioso asando. WAHED Tengo tanta hambre que me podría comer estas
piedras. Tal vez sea un vagabundo viajero
que este dispuesto a compartir. FAJER Pues averigüémoslo. Desmontan
y caminan el resto del camino. Ambos
sueltan un grito sofocado al ver que se trata de Xena. Esta sentada recargada en un montículo de
roca con sus pies apoyados sobre otra más pequeña. En una mano tiene una taza de algo,
mientras con la otra atiende algo cocinándose sobre el fuego. XENA (descaradamente) Que tal chicos. FAJER ¡Imposible! WAHED (sospechosamente) ¿Hace cuanto estas aquí? XENA Oh,
no mucho. Cepille mi caballo, limpie sus herraduras, afile mi espada, repare su brida, me lave, arme la tienda, empecé el fuego, llene las
cantimploras y fui a cazar. Indica el asado sobre el
fuego. XENA (continúa) ¿Sabían que el lagarto espinoso sabe
a pollo? Sonríe inocentemente, sus
ojos brillando maliciosos. FAJER ¿Dónde está tu caballo? XENA ¿Quién, Argo? Se aburrió y se
fue a explorar. Xena
chifla y inclina la cabeza a un lado, escuchando. En un momento, Argo viene corriendo de los
montes, fresca como una flor. Relincha
y se para junto a Xena y le da un empujón con el hocico. XENA (continúa) ¿Esta bien, la ven? ¿Quieren lagarto? Le entierra el cuchillo a
un pedazo de carne y se los ofrece a los hombres. WAHED (enojadísimo) No, gracias. FAJER Buenas noches Xena.
Nos veremos
por la mañana. Xena los observa alejarse en
claro disgusto. Encoge sus
hombros y quita el resto de su presa del fuego. Se sienta de nuevo con una sonrisa
satisfecha y empieza a comer. XENA Mejor así,
más para mí. CORTE A: EXT. LOMAS DEL DESIERTO
– DIA – PRESENTE TIEMPO DE X & G Xena y Gabrielle han
parado bajo la sombra de una loma pedregosa.
Están sentadas sobre una cobija almorzando. Los caballos están tascando la vegetación
seca y achicharrada. GABRIELLE (riendo) Oh, eso fue cruel
Xena. ¿Y tú hiciste todo eso
antes de que ellos
llegaran al campamento? Xena se detiene a media
mordida y sonríe traviesa. XENA Seguro, pero no te mencione
la parte Donde reconstruyo el
pozo. Pareciera Que algo se le había
impactado. Pienso Que por eso estaba semiderruido. Gabrielle se carcajea con
más ganas. GABRIELLE Entonces, después del largo
día cabalgando, ¿Argo estaba lista para
más? XENA Eso fue pan comido para
ella, Al principio, los dos
primeros días. GABRIELLE ¿Qué paso después? XENA (melancólica) Todo cambio. Gabrielle se acerca más,
estirando las piernas, las palmea. Xena le sonríe y se recuesta, descansando
su cabeza en el regazo de Gabrielle, quien empieza a juguetear con su
cabello. GABRIELLE (suavemente) Cuéntame, ¿Por favor? XENA Al tercer día, el Tártaro Vino a la tierra... CORTE A: EXT. DUNAS –MAÑANA – 36 VRANOS ATRÁS. El
sol se levantaba en el horizonte, lo único que vemos es la dorada arena de
las dunas y el suelo rocoso. No hay campamento, pero podemos ver caballos y
sus jinetes durmiendo sobre el agreste terreno. Xena esta dormida en su tienda con solo la coronilla de la cabeza
fuera de ella. Argo se pasea de un lado a otro nerviosa, sin dejar de mirar
hacía el este donde el sol se asoma tímido por el horizonte. Se acerca donde
Xena y la mueve. XENA (gruñendo) Dame unos minutos mas, ¿quieres?
El sol no ha salido siquiera. Argo insiste y sigue
moviéndola más fuerte. Relincha y piafa la manta de Xena, a quien por último
lame la cara. Xena se levanta de golpe, rozando la tienda con su cabeza. XENA (continúa) ¡Argo! Por los Dioses, Ya
sé que estas ansiosa
por empezar, pero... Se
detiene y frunce el ceño al ver que una manada de gacelas pasa junto a ella
veloces como relámpagos. Algunos de los otros jinetes se mueven perturbados
por el ruido y empiezan a levantarse. XENA (continúa) Extraño. Argo
esta mas
agitada de lo que Xena la había visto jamás, y la vuelve a empujar unas
cuantas veces más, va hacia ella y le acerca la rienda a Xena con su nariz. XENA (continúa) Esta bien, ya estoy
despierta. Comeré en el camino para que
podamos irnos de una vez si eso te hace
feliz. Se
levanta, se estira y ensilla a Argo
quien danza nerviosa de una pata a otra. Se detiene cuando escucha a una
manada de Oryxs pasar velozmente. Xena se queda
estática, escuchando. Un distante estruendo se escucha y se va haciendo mas y más fuerte junto con un silbido extraño. Xena
entorna los ojos hacia el este. El sonido empieza a ser como el de un trueno,
de repente el Sol se deja ver completamente, y con la misma rapidez que
apareció, desaparece tras una estela dorada: los ojos de Xena se abren como
platos. XENA (continúa gritando) ¡CORRAN! Agarra
sus mochila y sus armas, salta en argo y sale
disparada, dejando atrás su tienda y mantas. Argo no necesita que la apure,
sus patas se mueven a tal velocidad que solo se ven unas pezuñas borrosas.
Unos cuantos jinetes también cabalgan a toda carrera detrás de ellas. Al
este, una inmensa nube de arena se levanta a XENA (continúa) Lo siento chica, solo sigue Corriendo tanto como puedas. Argo
esta echando espuma por la boca,
mientras se mantiene lo más posible a ras de suelo. Ellas pasan unas cuantas
colinas más, y Argos se desvía un poco de la ruta que siguen los demás
jinetes que siguen avanzando hacia el frente. Ella corre a través de un
estrecho pasadizo, derrapando en una curva, se detiene en una alargada y baja
saliente de roca de una colina orientada al este. XENA (continúa) ¿Has estado aquí antes, eh? Xena
desciende del caballo, y busca en sus alforjas extrayendo una larga medida de
tela y envuelve con ella la cara de Argo, la besa en la nariz y luego cubre su propia faz a la par que
esconde su rostro en la crin de Argo, justo en el momento en que la tormenta
les da alcance y pasa sobre ellas. El
ruido es ensordecedor y la arena ataca por todos lados escoriando la piel.
Mucho tiempo después todo se vuelve
silencioso como la muerte. Xena
lentamente levanta la vista. Las dos están cubiertas con una capa de arena y
fuera de la saliente el terreno esta cubierta con fácil un pie de arena
fresca. Ella tose y Argo estornuda cuando Xena le quita el trapo de la cara. XENA (continúa) Hey, ¿estás bien? Le
da una palmada en el cuello y recibe un alegre relincho a su vez. XENA (continúa) Vamos a cepillarte. Hurga
en su mochila y solo encuentra un puñado de arena. Sus ojos se abren en
pánico, abre su cantimplora de agua y
con cuidado la voltea, solo líquido lodoso sale de ella. XENA (continúa, ruidosamente) ¡Bacante! Un
segundo frasco produce el mismo resultado, pero en el tercero tiene suerte,
cuando chorrea agua dulce y clara.
Lo inclina hacia su boca tomando unos pocos sorbos, entonces ahuecando
sus manos, le ofrece a Argo un poco de agua. XENA (continúa) Tendremos que racionar el agua hasta
que lleguemos al próximo pozo. Localiza
el cepillo y se lo pasa a Argo, cuando
termina se sube de nuevo a la silla de montar. Con mucho cuidado
camina de regreso al desierto, el cual
es ahora un vasto paisaje de dunas de arena, recién formadas. Mientras
caminaban, ella ve protuberancias en la arena Mientras
pasaban por su lado, el viento sopla sobre una de ellas, descubriendo la cara
de uno de los corredores. Esta
muerto. Xena mira todo alrededor de
la protuberancia y su rostro se va poniendo sobrio. CORTE A: EXT. MONTAÑAS DEL DESIERTO – DIA – TIEMPO
PRESENTE X&G Xena
se esta desperezando dentro de la manta, con su cabeza apoyada en la
falda de Gabrielle. GABRIELLE (Sosegadamente) Xena pudiste haber muerto. XENA Si no es por Argo, hubiera muerto. Nunca me había
sentido tan sola. Ahí estaba yo, en el medio del desierto, y toda ser viviente a mi alrededor estaba aplastado. Si no
hubiese sido por
Argo , creo que hubiese enloquecido. GABRIELLE Dices que todo cambio. ¿Cómo fue? XENA Después de esa tormenta, ganar la carrera pasó a
ser algo
menos importante que la sobre vivencia de Argo. Ella salvo mi vida y le debía lo mismo. Desde ese
momento trate de disminuir el paso. GABRIELLE (Incrédulamente) ¿La carrera prosiguió después de eso? XENA Si. Para el tercer día habían algunos detrás de
nosotros, otros al frente. Inclusive unos pocos,
junto a nosotros, terminaron sobreviviendo al agacharse dentro de los espacios en las montañas, como
Argo y yo hicimos. Así que no todos fueron atrapados por la tormenta. GABRIELLE ¿Cómo pudieron sostenerse todo el día
con tan solo un frasco de agua? XENA Gabrielle ese fue el día mas
largo de la carrera. Esa noche, yo me rendí. GABRIELLE ¿De veras? XENA Si, de veras. Nos esforzamos en llegar a otro campamento
que no tenia agua, y nuestra comida
se arruino por la tormenta. Ninguno de
nosotros comió en todo el día. La avena de Argo
estaba tan mezclada con arena de la
tormenta que era incomible. GABRIELLE ¿Qué hiciste? XENA Suerte a que el campamento tenía un pozo, Y pude cazar algunas lagartijas. Incluso encontré algunas plantas que Argo pudo comer. Pero yo estaba cansada de todo esto. Estaba extenuada , sucia y mas caliente que Hades. Estaba temerosa que si esto seguía, Argo pudiera
morir. Estaba muy fatigada. Ya éramos veinte corredores.
Unos pocos se retiraron
de la carrera, pero el resto fueron eliminados por la tormenta. Estaba terriblemente
silencioso el campamento, esa noche. GABRIELLE ¿Que sucedió? Tú fuiste a Gaza, pero
no participaste en la carrera. Xena
se vuelve hacia un lado y descansa sobre uno de sus codos. Pone un higo en su boca masticándolo con
gran satisfacción y con ojos llenos de
renovada energía. XENA Si. Nosotros
Fuimos a Gaza. CORTE A: EXT. DENTRO DEL
CAMPAMENTO EN EL DESIERTO – TEMPRANO EN Xena
esta durmiendo sobre la manta, de la silla de Argo, ya que había
perdido su tienda y su petaca, en la tormenta de arena. A su alrededor los
hombres estaban recogiendo el campamento para otro día de carrera. Xena
se mueve, poniéndose boca abajo,
cubriéndose la cara con un brazo.
Un hombre se acerca y le da una ligera sacudida. XENA (Malhumoradamente) Vete. No
correré hoy. HOMBRE Pero tu caballo, sí. Mejor apresúrate, o quizá
ella arranque sin ti. XENA (continúa) ¿uh? Se
sienta y parpadeando mira hacia donde
los corredores están preparándose,
poniendo las sillas a sus caballos. Argo esta entre ellos. De alguna manera Argo arrastro su silla y su brida, esta parada
al lado de la línea de partida esperando pacientemente por otro día de carrera. Fajer y Wahed estaban
cerca, ensillando sus caballos. Se burlaban
del caballo sin jinete. XENA (continúa) Diantre, no lo puedo creer. Silba,
pero Argo contesto con un relincho, mientras sacude su cabeza, rehusando
regresar. Xena se levanta y
tropieza cayendo sobre ella,
recibiendo un suave relincho, en reprimenda
Se voltea hacia atrás y se concentra solamente en Argo. Fajer y Wahed continúan riéndose hasta que Xena les da una mirada despectiva. XENA (continúa) Esta bien.
Terminaremos la carrera. Dame un minuto
para recoger el campamento. Rápidamente,
empaqueta todo, y van hacia el oeste, un poco después del resto, quienes
están fuera de vista. Mientras en unas
colinas bajas, Fajer y Wahed
salen de la sombra en sus caballos y la siguen a la distancia. CORTE A: EXT. LUGAR DE
INSPECCION. DESIERTO - TARDE - 36 VERANOS ATRAS Es
el postrimero lugar de inspección en la última noche de la carrera. Xena esta sentada al lado del fuego, a la
distancia de los demás jinetes. Argo
cerca, comiendo de una bolsa de avena fresca.
Xena callada observa los caballos y jinetes que quedan, todos los
cuales están por todos lados, tomando ventaja de las tiendas en el lugar de
inspección. XENA Que bien que llegamos temprano. A Argo se le yerguen las orejas para adelante, y hace un sonido
reafirmante mientras sigue comiendo. XENA (continúa) Conseguí la única frazada
que trajeron con ellos, no tengo que usar la tuya
esta noche. La nariz de Argo sale del morral y hace un ruido como respondiéndole XENA (continúa) Perdimos muchos de ellos
hoy. Mira al rededor, sus ojos cierran un poco cuando ve a Fajer y Wahed haciendo su
campamento cerca de ella. Suficiente
cerca para poder velarlos, pero no tan cerca como para ellos poder oírla. XENA (continúa) Pero no los dos que
hubiéramos pedido, ¿Verdad? Argo
relincha y mueve su cabeza en concordancia.
Xena continúa estudiando a los que quedan. Ella observa otro campamento al lado de
ella. Su ocupante alto y flaco, se ha
mantenido solo por toda la carrera y esta rápidamente tratando de poner una
tienda. Mira a Xena y apresuradamente
se tapa la cara y desaparece adentro de su tienda. XENA (continúa) ¿Que diablos? No es
mas que un niño, la primera ves que lo veo sin la cara cubierta.
Apuesto que todavía no le crece la barba. ¿Cual será la historia de el? Ella se para y se estira y busca algo para beber, después se sienta
otra vez en su frazada. XENA (continúa) No lo pienso a molestar. Mira
otra ves a Fajer y Wahed. Fajer inclina la
cabeza educadamente, mientras Wahed ignora su
existencia. Ella inclina la cabeza a
su vez a Fajer pero no sonríe. XENA (continúa en voz
baja) Me gustaría tener una
tienda para poner esta frazada. Le
echa leña al fuego y empaqueta su mochila, poniéndola al lado de la silla de
montar de Argo. Ajusta su frazada y
pone su espada en un lado y su chakram en el otro y se estira, usando su
turbante como almohada. Cruza sus
tobillos y descansa sus manos en su estomago, mirando así un cielo casi
oscuro. XENA (continúa) Whoa. ¿Viste
esa estrella fugaz? Argo se acerca y hociquea su cabeza, después mordisquea su pelo. XENA (continúa) ¡Oye! Termina tu
avena. Otra
estrella cruza el cielo y poco a poco el resto de las estrellas empiezan a
aparecer, una por una tintineando sobre al campamento. Xena suspira y cierra sus ojos. XENA (continúa) Hace tiempo pare de pedirle
deseos a esas cosas. ¿Pero por que no? Puedo usar toda la suerte que puedo
conseguir. Vira su cabeza para un lado y mira a Argo. XENA (continúa) De una forma o otra, cuando termine esta carrera voy a empezar de
nuevo. Cierra los ojos otra vez. FUNDE A NEGRO:
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FIN
DEL TERCER ACTO |