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CUARTO ACTO ABRE DE NEGRO: EXT. CAMPAMENTO EN EL DESIERTO - NOCHE – PRESENTE TIEMPO DE
X&G Xena y Gabrielle están
estiradas en su frazada estudiando el manto
de estrellas parecido al de 36 años atrás. Su fuego
crepita y los caballos mascan de una hierba magra. El terreno ha
cambiado un poco, hay más vegetación y las lomas están más altas que las de
la mañana. GABRIELLE No sabia que te gustaba
mirar a las estrellas antes de
conocernos. XENA No me gustaba. Solo usaba las estrellas para saber donde estaba. GABRIELLE Pero pediste un deseo en
esa estrella fugaz. Tenía que
haber alguna magia en ellas para ti, aunque fuera en esos
tiempos. Xena sonríe y gira en su lado, y
acaricia el antebrazo de Gabrielle con la punta de sus dedos. XENA No había magia en las Estrellas, Gabrielle, hasta que tú me
enseñaste a verla en ellas. La cara de Gabrielle muestra
sorpresa al principio. Muy despacio, ella sonríe, y luego hala a Xena hacia
ella en un abrazo. GABRIELLE (susurrando) ¿Quieres saber un
secreto? XENA (susurrando
de regreso) ¿Qué? GABRIELLE No había magia en ellas para mí, hasta que tuve a
alguien con quien
compartirlas. Ellas se sostienen la una a la otra
por un largo momento, luego se separan solo para acostarse en sus lados de
las mantas frente a frente, con muy poco espacio entre ellas. XENA Estuve alegre por las
estrellas esa noche, pero por una
razón totalmente diferente. CORTE A: EXT. CAMPAMENTO DEL DESIERTO – NOCHE – 36 VERANOS ATRAS Xena está dormida en su
frazada. Hay muchas estrellas en el cielo, iluminan el terreno
suficientemente que se pueden ver detalles básicos. Escucha un sonido como el
de una ramilla quebrando, sus dedos se enroscan alrededor de su chakram y la
empuñadura de su espada. continúa acostada sin
moverse, los ojos cerrados. Escuchamos un ruido de
pies arrastrándose y los dedos de Xena tiran del chakram, pero sus ojos continúan
cerrados. Una sombra pasa sobre su cara y la luz de las estrellas brilla
contra el metal, revelando la hoja de una cimitarra levantada directamente
sobre su cuello. Mientras desciende, la espada de Xena sale interceptándola.
Al mismo tiempo, manda su chakram volando. Rebota entre dos rocas y pasa
silbando por donde Argo. Varias yardas atrás de Argo, una vaga figura surge
con una daga levantada, lista a ser lanzada a Argo. El chakram tumba la daga
de las manos del hombre. Xena brinca a sus pies y
atrapa el chakram cuando regresa. Ella enfrenta al hombre con la cimitarra,
mientras manteniendo un ojo en el posible atacante de Argo. El hombre se
apresura hacia Argo y Xena silba. Argo gira, retrocede y patea el aire,
tumbando al hombre al suelo. La luz de las estrellas muestran
su cara. Es Wahed, sus rasgos retorcidos en cólera.
Sosteniendo su brazo como que si le doliera. WAHED ¡Aaaaaaaaaaaa! Él brinca y busca alrededor por su daga. La ve y se arrodilla a
recogerla, luego se para, enfrentándose a Argo. WAHED (continúa) ¡Te voy a enseñar tu
última lección, bestia
estúpida! Xena está todavía peleando con su
atacante. Ve a Wahed y lanza su chakram nuevamente,
penetrándolo en el pecho al momento que él se abalanzaba sobre Argo con la
daga. XENA ¡Nadie le enseña
lecciones a mi caballo, si no yo!
¡Shiiiiii-ya! Ella pelea con vigor
renovado, forzando a su atacante a la defensiva. Él mueve la cimitarra de
lado a lado usando ambas manos, y ella lo enfrenta con movimientos iguales
hasta que se la quita de las manos con fuerza. La cimitarra cae lejos y Xena salta al hombre, y lo fija a la tierra
con su espada al cuello. XENA (continúa, gruñendo) Fajer. FAJER Xena. Lo puedo explicar. XENA Estoy segura que puedes. FAJER Vine a salvar tu caballo de Wahed. XENA Viniste a
cortarme la cabeza. Abre su boca para hablar, y Xena presiona la hoja de la espada y él
la cierra. XENA (continúa) Te
vi
a tí y Galeel hablando. ¿Recuerdas? Antes de que la
carrera comenzara. FAJER (ahogándose) Si. ¿Y? Xena se apoya más cerca y saca una daga de su cinturón, arrastrando
la parte plana de la hoja sobre ambos lados de su cara. XENA (ronroneando) Y puedo leer los labios. Sus ojos se
abre desorbitados por el miedo y la comprensión. FAJER Sería mejor para ti si me dejases
ir. XENA ¿Sí? ¿Por qué? FAJER Mataste a
Wahed. Galeel lo escogió
especialmente para que ganara
esta carrera. No va a estar feliz cuando
escuche lo que pasó. Xena mira alrededor. El campamento
está prácticamente en silencio. Se escuchan movimientos provenientes de
adentro de algunas carpas, pero nadie se atreve a salir e intervenir. XENA Él esta a Ella rueda su daga arriba y abajo de la cara nuevamente. XENA (continúa) Y si te mato, ¿quién va a
contarlo? ¿Hmmmmm? En este momento todos te han escuchado. Las paredes de las tiendas son
condenadamente delgadas. Ahora todos
saben que la carrera fue arreglada. ¿Acaso crees que a alguno de ellos se va a molestar en
portarse como una urraca traidora? VOZ DESDE UNA
TIENDA ¡Yo no lo haré! OTRA VOZ DESDE
UNA TIENDA ¡Yo tampoco! OTRA VOZ (chillando) ¡No me lastimen! Yo tampoco
diré nada. UNA VOZ MÁS ¿Qué es eso de urraca
traidora? Sea lo que sea, ¡no lo
haré! Xena
ríe malvadamente, después su cara se endurece. Saca la daga y la espada y las
lanza a Fajer con fuerza, después se levanta. XENA (gruñendo) Te llegas a acercar veinte
yardas de mí o de mi caballo otra
vez y te mato
inmediatamente. Se
voltea disgustada para revisar a Argo y escucha un silbido detrás de
ella. Gira, con la espada desenvainada
y la hunde contra Fajer justo cuando él levanta su
cimitarra contra ella. Él jadea y la sangre brota por sus labios. Mientras
Xena retira su espada él cae al piso produciendo un ruido seco. Ella estudia
su espada con satisfacción y camina hacia Wahed,
empujando el pecho con su bota para liberar su chakram. Limpia la sangre del
chakram y de la espada utilizando la túnica de Wahed,
después empuja el cuerpo con el pie . XENA (continúa) Cerdo. Camina hacia Argo y la examina completamente, acariciándola una y otra
vez. XENA (continúa) ¿Estás bien niña? ¿No te tocó, o sí? Argo hociquea su estómago, haciendo pequeños relinchos. XENA (continúa) Ambas estamos bien
despiertas. Creo que podríamos
comenzar temprano ¿eh? Argo resopla como si estuviera de acuerdo. Xena da vuelta y se dirige hacia las
tiendas. XENA (continúa) ¡Escuchen! ¡Les doy una
advertencia justa! No existen reglas sobre el
tiempo de inicio cada mañana. Voy a empacar
y a iniciar mi último día ahora mismo. De todas
formas, el sol saldrá dentro de un par de
horas. Se
vuelve y comienza a ensillar a Argo.
El campamento estalla en actividad y se escuchan refunfuños mientras
los demás se levantan. Xena termina de
alistarse, asegura su bolsa y armas y monta sobre Argo. Mira alrededor del
campamento, a los apresurados jinetes y niega con la cabeza. Al final, sus
ojos caen sobre los dos cadáveres en el piso y una sonrisa malvada aparece en
su rostro. Escupe entre ellos, dirige a Argo lejos y cabalga hacia el oriente. Detrás de ella,
una ligera insinuación de un cielo rosáceo puede verse por las colinas del
este. CORTE A: EXT. CAMPAMENTO EN EL DESIERTO - NOCHE - PRESENTE DE
X&G Xena
y Gabrielle continúan recostadas bajo las estrellas, frente a frente. Xena mira hacia abajo y mantiene allí su
mirada mientras comienza a hablar. XENA Lo que pasa, Gabrielle, es que disfruté
matándolos. GABRIELLE Pero estabas defendiendo a Argo. Y a ti misma. XENA Pero lo disfruté. Gabrielle mueve su mano y toca la cara de Xena. GABRIELLE Después de todo este
tiempo, ¿piensas que no he visto ese lado tuyo? Xena, mírame. Sentimentales ojos azules miran lentamente hacia arriba. GABRIELLE (continúa) Es parte de tu ser. Dioses, es parte de quien
yo soy también. Sé lo que se
siente. Xena jadea, como si sintiera dolor. GABRIELLE (continúa) Xena, es supervivencia. Es
parte del mundo en el que vivimos. Matar
o morir, ¿no se trata de eso algunas
veces? Xena asiente ligeramente. GABRIELLE Una vez te dije que tenía
reflejos de guerrero, pero no pensaba
como ellos. ¿Recuerdas? ¿Cuándo sucedió lo de
Virgil y los caníbales? XENA Sí. Lo recuerdo. GABRIELLE Esa descarga de adrenalina,
Xena. Sé lo que se siente. Ese sentimiento cuando sabes que has
escapado de la muerte. XENA Pero tú nunca has
disfrutado matando a alguien. GABRIELLE (suspirando) No. Pero a veces, en el calor de la batalla, creo que algunos
sentimientos se mezclan en tu interior.
Ese golpe... algunas veces es lo que te mantiene activo y
algunas veces se siente bien,
¿sabes? Pero, en ocasiones, eso
es lo que se necesita para sobrevivir. XENA Pero tú no eres una asesina. Gabrielle acaricia su
rostro nuevamente. GABRIELLE Tampoco tú. Ni aún en esa época. Xena, desde que te encontraste con Hércules,¿Haz asesinado a alguien?. No matar en defensa propia o para proteger a alguien, ¿sólo matar por matar a
alguien? XENA Yo…
Ming… GABRIELLE ¡No! ¿Habríamos salido vivas de
Chin, si él hubiese vivido? XENA (suavemente) No. Habría venido por nosotras. GABRIELLE ¿Alguien más? ¿Cualquiera que
puedas recordar? Xena cierra sus ojos para
pensar, mientras Gabrielle continúa sosteniéndole la cara. Lentamente, Xena levanta una mano para
cubrir la de Gabrielle y abre sus ojos. XENA No. ¿Sabes
lo que pienso? GABRIELLE ¿Qué? XENA Pienso que hubiera deseado tener a una Gabrielle en esa época, que me hubiese hecho
entrar en razón. Después, todo lo que sentí por el
resto de la carrera, fue la culpa. Había dejado Grecia y viajé tanto sólo para descubrir que en el fondo, todavía disfrutaba matando. Fue uno de mis peores momentos. GABRIELLE ¿Deduzco que terminaste la carrera? XENA La gané. GABRIELLE ¡¿Qué?! Mira alrededor. GABRIELLE (continúa) No por señalar lo obvio, pero ¿por qué estamos acostadas en la mitad del desierto, en estas mantas, en lugar de estar en tu elegante casa en
algún lado? Xena se ríe. XENA Era realmente muy decepcionante. Algunos competidores nos seguían desafiando, pero cada vez que uno de ellos nos alcanzaba, Argo presionaba más fuerte. No podía hacer nada,
excepto Sostenerme
para la cabalgata.
CORTE
A: EXT. PUEBLO DE GAZA - DIA – HACE 36 VERANOS Xena
y Argo están corriendo a través del pueblo, con varios de los corredores en
sus talones. A lo largo de las calles
las multitudes los alientan. Un jinete
gana terreno y casi los alcanza, corriendo lado a lado. Xena lo mira y se vira justo cuando escucha
a otro no muy lejos. Él se pone junto
a ella y los tres van cuello a cuello hacia el límite del pueblo. Al pasar el último edificio,
se dirigen hacia una amplia explanada de playa abierta. Xena se agacha y ríe salvajemente, a la vez
que el viento azota su cabello hacia atrás y Argo despega, dejando a los
otros en el polvo. Ella ve una brillante insignia y otra multitud, se ríe nuevamente
mientras se aproxima hasta atravesarla.
El gentío erupciona en aplausos y
ellos siguen cabalgando, hasta el filo del oleaje. Xena salta de Argo y llega hasta el agua,
lanzándose y hundiéndose en ella. Sale
y salpica un poco de agua en las piernas y cuerpo de Argo. Ella parece que lo disfruta, sacudiendo su
cabeza arriba y abajo, animándola a seguir. Un
hombre elegantemente vestido se le acerca y ella se endereza saliendo del
agua, para darle el encuentro, llevando con las riendas a Argo tras de sí. HOMBRE Soy
Majeed.
¡Felicitaciones! Ganaste el Océano de Fuego. Estudia a Argo. MAJEED (continúa) No es
Árabe. Se sorprende conteniendo
su aliento. MAJEED (continúa) ¡Tú eres ella!
Galeel, envió el
dato con un paloma mensajera. Pensó que era una buena broma. Él sonríe, y se inclina
levemente. MAJEED (continúa) Veo que estaba equivocado. Ve con Allah,
mi dama. Y siempre debes saber que ganaste la carrera más grande en la historia del hombre. Él le entrega un saco grande
que tintinea con un sonido metálico y ella lo acepta. Xena lo abre y mira dentro, una sonrisa se
le forma de oreja a oreja. XENA Gracias. Se dan un apretón de
brazos y ella con Argo comienzan a alejarse. Se detiene y se vira. XENA (continúa) Majeed,
no te pareces en nada a tu hermano.
Mantente así. Majeed inclina su cabeza desconcertado, mientras ella
gira y camina de regreso al pueblo, la multitud grita emocionada tras de sí. CORTE A: EXT. CAMPAMENTO EN EL DESIERTO – NOCHE – TIEMPO
PRESENTE X&G Es la misma noche, la
misma manta, las mismas estrellas.
Ellas aún están recostadas
juntas, conversando. GABRIELLE Entonces, ¿qué paso con el
dinero? XENA Primero lo
primero. Cabalgué adentrándome en el
desierto y encontré otra manada de ponis
salvajes y dejé que Argo se fuera. GABRIELLE Pero.... XENA Espera. Ya
llego a eso. La dejé ir porque sentía que
se lo debía. Ella me había
cargado de ida y vuelta hasta el Golfo Pérsico
y me había convertido en una mujer adinerada.
Lo mínimo que podía hacer era
devolverle su libertad. GABRIELLE Eso suena
bastante justo. Pero… Xena cubre su boca y ríe,
luego la descubre. Gabrielle le sonríe encantadoramente. XENA Luego caminé
de vuelta al pueblo. Planeé conseguir un cuarto
para la noche y reservar pasaje de vuelta a Grecia la
mañana siguiente. Pero primero volví a la playa donde
había ganado. Quería alejarme de la multitud del
pueblo por un tiempo y sólo pensar y descansar. Como
esperaba, para ese entonces la playa
estaba desierta, salvo por un chico. CORTE
A: EXT. PLAYA -
DÍA - 36 VERANOS ANTES Xena camina descalza a lo
largo de la playa, cargando su hato y botas.
Lejos en la playa puede ver a alguien sentado a la orilla del agua.
Comienza a volverse para alejarse cuando levanta la cabeza hacia un lado y
escuchamos el sonido de un sollozo. Frunce su entrecejo y continúa caminando
hacia él. A medida que se acerca, podemos ver que es el mismo chico que cabalgaba
en la carrera. Él mira hacia arriba la
ve, se levanta y comienza a alejarse caminando. XENA Espera. Él
parece pensar al respecto y sus hombros bajan bruscamente. Espera hasta que
ella lo alcanza. Su rostro está marcado con trazos de lágrimas. XENA (continúa) Tú corriste
en la carrera, ¿no? MUCHACHO (aspirando ruidosamente) Sí. XENA ¿Cómo te
llamas? MUCHACHO Shabab. XENA ¿Dónde está
tu caballo? SHABAB Yo… lo
vendí. Xena suspira y parece que prefiriera
estar en cualquier otra parte. XENA ¿Por qué?
Hey, de todas maneras, ¿cuántos años tienes? SHABAB Doce
veranos. Vendí mi
caballo para comprar comida. Y un pasaje
a casa. XENA ¿Dónde queda
tu casa? SHABAB Cairo.
Mi familia está allí. XENA ¿Cairo? Tu
familia permite que un niño como tú
viaje todo el camino a Hajar solo para
cabalgar en una carrera de mil millas a través del
desierto. Seguro. Niño,
cuentas una buena historia. SHABAB (con aire desafiante) Nadie me
permite hacer nada. Me escapé hace dos años.
Escuché sobre la carrera y supliqué para que me
dejaran viajar de caravana en caravana hasta
llegar a Hajar. Trabajé durante meses en el
establo de un jeque acaudalado. Finalmente,
lo convencí de pagarme una parte con uno de sus
caballos. No era el caballo más fino pero era un
árabe puro. Y ahorré suficiente dinero para
comprar mi lugar en la carrera. Ahora… ahora
todo está arruinado. Mira
hacia abajo y todo su cuerpo convulsiona con un último temblor. Xena lo
palmea en el hombro, y busca en su hato, extrayendo unas pocas monedas de oro
de sus ganancias. Extiende su mano ofreciéndoselas. XENA Escucha
niño. Siento que hayas perdido pero no es el
fin del mundo. Tuviste una gran aventura que
algún día podrás contar a tus nietos.
Corriste una buena carrera. Tal vez
cuando hayas crecido y seas un hombre, puedas regresar e
intentarlo de nuevo. Ahora deja de llorar y
vete a casa con tu familia. Es donde
debe estar un niño de tu edad. SHABAB (con tristeza) iré a casa,
pero no puedo regresar con mi
familia. XENA ¿Por qué no? SHABAB Todos en mi
familia son esclavos en Cairo. Yo me escapé
de nuestro amo. Los esclavos que huyen son
castigados severamente. Yo… yo competí
para ganar la carrera, así podría comprar la libertad
de mi familia. Xena
se sobresalta un poco, y su mano cae de su hombro. XENA ¿Toda la
bolsa? Eso es mucho dinero para
comprar una familia. SHABAB Tengo una familia
grande. Hermanos, hermanas, mis abuelos, madre y
padre, mis tíos y tías y primos.
Somos más de cincuenta. El dinero
hubiese sido suficiente para
comprarlos a todos y para comprarnos un
lugar para vivir. Xena lo mira directamente a los ojos. XENA ¿Me estás diciendo la
verdad? Shabab asienta con la
cabeza y abre su túnica lentamente, bajándola hasta su cintura. Se da la
vuelta para mostrarle su espalda. Tiene muchas cicatrices de latigazos. En
uno de sus brazos tiene un tatuaje que lo marca como esclavo. Luego se pone
la ropa nuevamente, se da la vuelta y mira a Xena. Ella puede ver la verdad
en sus ojos. Sin decir palabras, abre su bolsa, saca el saco entero de
dinero, y se lo da. Su voz tiembla cuando habla nuevamente. XENA (continúa) Buena suerte con tu familia, muchacho. Ella se da la vuelta y se aleja, dejando a
Shabab
mirándola atónito. CORTE A: EXT. CAMPAMENTO EN EL DESIERTO-NOCHE-TIEMPO PRESENTE Es la mima noche, misma manta, mismas estrellas. Ellas siguen
acostadas muy cerca una de la otra, hablando. Gabrielle también está atónita, y solo mira a Xena. Hay orgullo en sus
ojos y ella toma la mano de Xena y la aprieta. GABRIELLE Pasaste por todo eso
y lo dejaste ir. Eso debió haber
sido muy difícil para ti. XENA (riéndose) Por dentro temblaba
como una hoja. No podía recordar haber hecho algo así
antes. Luego, me sentía
liviana por dentro. Pero la noche llegó. Y todo me cayó
encima como si nunca hubiese dejado
Grecia. Estaba de nuevo en donde había comenzado. Lo
único que tenía era algo del dinero que había conseguido
cuando vendí mi caballo...lo suficiente para comprarme un pasaje
a través del Mediterráneo. Ella se acuesta mirando hacia el cielo y pone
sus manos debajo de su cabeza. Gabrielle se mantiene en la misma posición,
acurrucada al lado de Xena, con una mano sobre el estómago de Xena. XENA (continúa) Sentía como si nada
hubiese cambiado. No tenía nada, ni un caballo.
No tenía un hogar a donde ir.
Disfrutaba ser una guerrera, pero ya no podía
hacer eso. GABRIELLE ¿Y Argo? XENA Oh, cierto. Tenía que
ahorrar todo lo que tenía para llegar a casa, así
que terminé acampando en las afueras del
pueblo aquélla noche. CORTE A: EXT. AFUERAS DE HAJAR-NOCHE-36 VERANOS ATRAS Xena está sentada en una piedra acondicionando el fuego. Escucha un
sonido y, rápidamente levanta su espada y la menea de manera amenazante. Argo
está detrás de ella, viéndose lo más triste que un caballo se puede ver. XENA Argo? Ella suelta su espada, se levanta, y camina hacia la yegua. Argo
hocica su estómago cariñosamente. XENA (continúa) ¿Quieres ir a Grecia conmigo? Argo continúa acariciándola, haciendo sonidos de aprobación. XENA (continúa) Estás loca, ¿sabes? Argo menea su cabeza hacia arriba y hacia abajo. Xena se ríe y busca
en su bolsa algo de comer XENA (continúa) Toma. Tengo un poco
de comida. Podemos conseguirte más
mañana para el viaje de vuelta a Grecia.
Sabes que no será un camino sencillo.
Solo mira lo que pasó la primera vez que me
seguiste. Argo la mira detenidamente, luego comienza a comer la comida que Xena
le ofrece. CORTE A: EXT. CAMPAMENTO DEL DESIERTO-NOCHE-TIEMPO PRESENTE Es la misma noche, misma manta, mismas estrellas. Ellas siguen
acostadas una muy cerca de la otra, hablando. GABRIELLE (riéndose) Sé como se sentía. Xena toma la mano de Gabrielle, la cual siguen en su estómago. XENA Sí, me imagino que
sí. GABRIELLE ¿Luego qué? ¿Volviste a casa? Xena se mantiene en silencio por un momento, mirando a las estrellas. XENA (lentamente) Sí. Volví a Grecia,
vagué por un tiempo y
llegué a unos terrenos cerca de Potedia. El resto, como dicen,
es historia. Ella se sonríe, pero hay una pizca de tristeza
en sus ojos. Gabrielle hace un gesto de disgusto y un sonido de confusión.
Ella también se acuesta boca arriba, y mira a las estrellas. Ella mira a Xena
y la ver tragar fuertemente y sabe que Xena sabe que la está mirando.
Gabrielle mira de nuevo a las estrellas, pero su mano se desliza sobre la
manta, encuentra la de Xena y ella entrelaza sus dedos con los de Xena. Xena
traga nuevamente y mira a Gabrielle, quien sigue mirando el cielo. Xena hace
lo mismo. GABRIELLE (en voz baja) ¿Xena? XENA ¿Hmmm? GABRIELLE Cuando nos encontraste….. Cuando nos rescataste de esos
esclavistas, tus armas estaban
enterradas. Yo….acabo de recordar eso.
Gracioso, como vuelven esas
pequeñas cosas. XENA Si. Es, gracioso. GABRIELLE ¿Xena? Xena respira profundamente y luego lo deja salir lentamente. XENA ¿Sí? GABRIELLE ¿Por qué sus armas fueron sepultadas? Xena vuelve hacia ella nuevamente, sosteniendo
todavía sus manos. XENA No las necesitaría más. GABRIELLE (susurrando) ¿Te ibas a quitar la vida, cierto? Xena mueve la cabeza levemente asintiendo. XENA Yo….llegue hasta el límite
de mis fuerzas. No tenia nada
mas porque vivir. Me fui montado a caballo hasta
casa para decir adiós a mama y dejar
a Argo con ella. Sentí que
le debía un hogar bueno. GABRIELLE ¿Que te hizo cambiar de
opinión? XENA (tristemente) Nada, al principio. Después
que te encontré y te lleve a salvo devuelta a
tu aldea, Potedia, calculé de todas manera que
era tonto llegar a Amphipolis sin armas. Si fuera
atacada, necesitaría sobrevivir el suficiente
tiempo para llevar a Argo a Amphipolis. Cuando llegue allí, había…
tanto odio en los ojos de Mama que pensé que había
hecho algo correcto. Entonces cuando oí que
Draco se dirigía a la aldea y traté de hablar con
ellos, pues ya viste lo que
quisieron hacer. GABRIELLE Ellos iban a tirarte
piedras hasta matarte. ¿Tú los habría dejado
hacerlo, cierto? XENA Eso habría sido justicia
poética, Gabrielle. Ellos sintieron que había
tomado las vidas de sus hijos y seguramente
habría traído la vergüenza sobre ellos en
esos años después de Cortese. Pero tu…sola les arruinaste allí la
oportunidad y me defendiste. Nadie había hecho alguna
vez eso por mí. Salvaste mi vida,
Gabrielle, tres veces esa semana. GABRIELLE ¿Tres veces? XENA Una vez en aquel claro en
Potadia, otra en la taberna de mi madre y
mas tarde, cuando apareciste en mi fogata del
campamento después de luchar con Draco. GABRIELLE ¿En la fogata del
campamento? No lo entiendo XENA Después que
Draco se fue, el mayor de los ancianos de la aldea de
Amphipolis me ofreció el botín que habían reunido para Draco y sus hombres. Gabrielle, él todavía tuvo
miedo de mi. Ellos…todavía tuvieron miedo de mi y tenían toda
la razón, después de lo que había hecho.
El me vio solo como otro jefe militar igual que a
Draco y quiso apaciguarme para impedirme volver. Esto me
hizo ver que no había esperanza para mi en
ninguna parte. ¿Sí Amphipolis no me quería,
por qué demonios alguien mas lo haría?
Entonces, hice las paces con mi madre y salí
hacia el campo. Mire la puesta del sol esa noche y me di
cuenta que esa seria la ultima puesta
de sol que yo vería. GABRIELLE ¿Todavía ibas a matarte, Xena…? Ella se levanta y se coloca mas cerca, mirando a Xena. XENA Si, pero luego esa niña
toda desaliñada apareció y lo cambia todo. GABRIELLE ¿Cómo? Xena… Todo lo que
hice fue entrar sin permiso y
pedirte que me llevaras contigo. XENA Si, lo hiciste. Había
planeado ir después a Tártaro.
Apenas podía llevarte conmigo ¿Ahora
puedo? GABRIELLE N... no. XENA Gabrielle, lo que tu
hiciste fue creer en mi, cuando ni siquiera creía
en mi misma. Me diste algo para continuar teniendo
esperanza que decidí que no necesitaba morir por el
momento. Solo tomaría las cosas de un día a la
vez y miraría que pasó GABRIELLE (con cautela) ¿Cuándo decidiste no matarte? XENA No puedo decirte
exactamente cuando. Solo… que un día, mire a través
del fuego y comprendí que había encontrado
aquella inspiración que había estado
buscando. Estoces no importó a donde fuera o aun lo que
hiciera, mientras lo hiciéramos juntas. Gabrielle se acerca hacia
ella y la besa suavemente y luego la abraza fuertemente. GABRIELLE (suavemente) Nunca supe. XENA Eres mi heroína, Gabrielle. Espero lo sepas ahora. Gabrielle comienza a
llorar silenciosamente, y Xena besa sus lágrimas. FUNDIDO A NEGRO. FIN DEL CUARTO ACTO APÉNDICE ABRE DE NEGRO: EXT. JARDIN DEL TEMPLO
– DIA – TIEMPO PRESENTE X&G Xena y Gabrielle se acercan
a un templo, cabalgan a través de las puertas y desmontan. Las tierras del templo son verdes y están
bien cuidadas. Ambos caballos inmediatamente caen y ruedan, luego se paran y
comienzan a masticar el banquete presente. GABRIELLE Simpatizo con ellos. XENA ¿Quieres desnudarte y rodar
en la hierba? Las cejas de Gabrielle
desaparecen debajo de su flequillo. Xena tiene una sonrisa devastadora en su
cara y mira a Gabrielle de pies a cabeza. GABRIELLE Guarda ese pensamiento hasta que encontremos hierba que no esté
alrededor de un lugar sagrado. XENA Podemos pretender que estamos celebrando rituales de fertilidad. Esa es una ceremonia religiosa. GABRIELLE Considerando que ambas somos fértiles, eso puede ser una perspectiva peligrosa, especialmente si no sabemos con que clase
de dioses tratamos aquí. Xena aparenta considerar
eso. XENA Tienes un punto. Bien, Terminemos y regresemos a
Grecia donde los dioses están… GABRIELLE …muertos, principalmente. Suben un juego de
escalones altos. XENA ¿Lo tienes contigo, verdad? Gabrielle toca su bolsa de
viaje. GABRIELLE Aquí a la mano. Ellas tocan en puertas
dobles de pesado cedro. Después de
esperar y tocar varias veces más, se miraron la una a la otra y encogieron
los hombros y Xena abrió la puerta. CORTE A: INT. TEMPLO – DIA –
TIEMPO PRESENTE X&G Ellas entraron. El cuarto es
grande y frió con techos altos y paredes y pisos de piedra. Se escucha música
de carillones, y un sonido de canto bajo musical y velas alumbran el
interior. A través del piso hay
monjes en batotas que se arrodillan sobre mantas. En el frente del cuarto hay un altar vacío
de cedro. Xena aclara su garganta y el eco se escucha a través de la cámara.
Todos los hombres dejan de cantar y voltean a mirarlas. GABRIELLE Am, hola. Uno
de los monjes se para, y se acerca a recibirlas, pero él no habla. Él cabecea
gentilmente y apunta hacia algunas mantas de rezo apiladas sobre una mesa al
lado de la pared. XENA No vinimos a rezar. El monje frunce y
cabecea nuevamente. GABRIELLE ¿Hablas? El hombre sacude su cabeza
negativamente. XENA Ah. Voto de silencio. Que pena que no hay más gente…. Gabrielle la fulmina con
la mirada por el ultraje. Xena aparenta satisfacción. GABRIELLE (a Xena) Compórtate. GABRIELLE (continúa al
monje) Te trajimos esto Ella mira hacia abajo y
busca en su bolsa, mientras continúa hablando. GABRIELLE (continúa) Pensamos que pertenece aquí. Ella produce el grial y todos los monjes menos el que está de pie inmediatamente se suplican antes de ella. MONJE Deben ser ángeles, enviadas a
regresar la reliquia santa. XENA No somos ángeles, créeme. GABRIELLE No. Lo obtuvimos de un… amigo, quien
nos dijo que lo trajéramos. Ella comienza a dárselo a
él pero él lo rechaza. MONJE Por favor, haz sido bendecidas. Ponlo en el altar. A nosotros No nos esta
permitido tocarlo. Gabrielle mira a Xena y hace lo que él dice, colocando el Grial en el
centro de la mesa a la luz de las velas. Volvió a lado de Xena. GABRIELLE Tú dices que no hablaras. MONJE Soy el líder de esos
hombres. Nosotros hemos tomado un
voto de Silencio desde el día en
que el Grial Fue arrebatado de nosotros. Ahora que ha vuelto, debemos pasar por un Periodo de purificación, después del cual
Podremos hablar otra vez. GABRIELLE Comprendo XENA Nosotras también tenemos un
par De caballos si los
necesitan. Gabrielle jala la manga de Xena y la hala hacia si para susurrarle
algo al oído. XENA (continúa) ¿Estás segura? Gabrielle asiente y sonríe. XENA (continúa) Muy bien. XENA (continúa, al monje) Que sea solo un caballo, si
la quieres. MONJE Nosotros nos sentiríamos
agradecido Por el regalo de un
caballo. Por favor. ¿Se quedarán con nosotros
para la comida? Es lo menos que podemos
ofrecerles, nos han regresado el Grial. XENA Gracias, pero tenemos un
barco Que alcanzar en poco
tiempo. MONJE Como lo deseen. Vayan en
paz Mis niñas y que el amor de
Dios Las bendiga hasta el fin de
sus días. GABRIELLE Gracias. CORTE A: EXTERIOR- JARDÍN DEL TEMPLO –DÍA – TIEMPO PRESENTE X &G Xena y Gabrielle dejan el
templo y vuelven sobre sus pasos. XENA Entonces, ¿Deseas
conservarlo eh? GABRIELLE Me he encariñado con él. Además, no he tenido un
caballo Propio en mucho tiempo. XENA Me parece justo. Argo
estará encantada De que le aligeremos un
poco el peso de las dos montando. Gabrielle finge unas
arcadas y se lleva las manos al estomago. XENA (continúa) Oof. Eso fue
totalmente innecesario. Bien, ¿cómo lo llamarás? GABRIELLE Ya he estado pensando En ello.
Jace. XENA ¿Jace?
¿Le vas a poner el nombre del
hermano de Joxer? GABRIELLE No, tontita. Por
Jason, Jason y los
Argonautas. Tu sabes, Jace y Argo. Suena
bien ¿no? XENA Si, me gusta. Le dijeron adiós al otro caballo, tomaron a Jace y
salieron del jardín. CORTE A: EXT.
DESIERTO – DÍA – TIEMPO PRESENTE X & G. Xena coloca un brazo sobre los hombros de Gabrielle, a la par que
caminan sobre la rocosa arena. XENA Estaré encantada de
presentarle A
Jace
a la primera hija de Argo. GABRIELLE Era cuestión de tiempo Que ella conociera a
alguien de su estirpe. XENA Si, eso será lindo.
Bien, ahora tenemos dos Caballos de la misma
familia otra vez. GABRIELLE Sshhhh. No digas la
palabra “familia” Tan cerca del templo. No
conocemos A su dios y como manejan el asunto de la fertilidad. XENA Todos son hombres
Gabrielle. Es muy probable que sea
seguro decir la palabra Si no es algo vital para
ellos. GABRIELLE Cierto. Ambas rieron. GABRIELLE (continúa) Bien, ¿ahora a donde? ¿Estás lista para tomar el
barco a casa? XENA No me importa realmente
Gabrielle, mientras este a tu lado.
He estado en casa hace
mucho tiempo ya. Gabrielle se ve realmente
conmovida Se detiene y toma a Xena de
la mano entrelazando sus dedos con los
de ella. Ellas caminan hacia el atardecer,
moviendo sus brazos y hablando. Lejos en la distancia, difuminada
detrás de ellas, podemos ver el fantasma de una
yegua palomino dorada, corriendo libre por el desierto. FUNDE A NEGRO
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DESCARGO Ni la arena ni el sol sufrieron daños durante la
filmación de este episodio. |